A la hora de servir ¿Cuáles son las sugerencias?

No todos los vinos se sirven de igual manera. Aunque muchos de ellos comparten protocolo, has varios aspectos que es necesario conocer para disfrutar correctamente su consumo.

 

• Primero se sirven los blancos, luego los rosados y después los tintos.

 

• Los vinos jóvenes anteceden a los más viejos, los secos a los dulces y los no ácidos a los ácidos.

 

• La copa no se elige por una mera cuestión estética: puede depreciar la calidad del vino. Tiene que ser transparente, de cristal fino, sin tallados ni grabados: recuerde que el vino primero entra por los ojos. Debe tener forma ovoide y pie alargado, para poder tomarla sin cambiar la temperatura del vino ni ensuciar el cristal, dando un mal aspecto.

 

• En la mesa, la copa de vino se coloca a la derecha. A la izquierda, la del agua. Se puede colocar dos de vino, para blancos y tintos. La de blanco es un poco más abierta en la boca y más pequeña, porque el vino se calienta y es preferible volver a llenar la copa.

 

• El sacacorchos es el principal responsable de la rotura del corcho. El que es tipo cincel no sirve. El mejor es el que termina con la punta acostada, porque permite retirar el corcho sin romperlo. Además, tiene que ser largo. Hay que tratar de pasar la mitad del corcho, llegando hasta el final, pero sin perforarlo y en el caso que el mismo se encuentre demasiado “pegado” calentar con algún elemento levemente el pico de la botella para después retirarlo sin inconveniente.

 

• El vino no debe ser bebido inmediatamente. Una vez descorchada la botella, debe respirar para que se abran sus aromas. Para oxigenarlo sin esperar se puede transvasar el vino usando un decantador. Si el vino tiene de 6 a 7 años deberá decantarlo como mínimo 15 minutos antes de consumirlo. Cuanto más añejo sea, más tiempo se lo deberá decantar. Los vinos blancos también pueden ser decantados, pero es conveniente enfriar el decantador en la heladera y colocar el vino en el mismo momento en que se va a servir.

 

• Se debe servir el vino a la temperatura exacta, para no anestesiar su sabor: los blancos, alrededor de los 10°C y los tintos entre los 14°C y 18°C.